02 enero 2016

LAS JAPONESAS, LAS MAS ESCLAVAS DE LAS TAREAS DOMESTICAS DEL MUNDO

mujer-trabajo-domestico

Solo en México el trabajo no remunerado de las mujeres equivale a cerca del 20 por ciento del PIB (El Universal)
El llamado a una huelga de mujeres sonará sin dudas sacrílego a los machistas irremediables. Sin embargo, esa amenaza revela una simple cuestión de justicia. Porque ellas siguen cargando con el mayor peso de la reproducción social –que no solo se refiere a la maternidad, por cierto—y reciben a cambio de ese esfuerzo las migajas de la riqueza producida.
Laboriosas y holgazanes
Poco importa la geografía: las mujeres realizan una cantidad desproporcionada de trabajo no remunerado. Tres de cada cuatro horas empleadas, según datos de Naciones Unidas, en labores como cocinar, limpiar, acarrear agua y combustible. Además, se ocupan de los niños, atienden a los enfermos y cuidan a las personas de edad avanzada.
En Estados Unidos, por ejemplo, ellas efectúan dos tercios de los quehaceres hogareños. Y no solo los cumplen con sus manos, sino también los planifican y coordinan la participación de la familia… cuando los demás colaboran. A juzgar por las cifras históricas, las estadounidenses de hoy deberían considerarse afortunadas: medio siglo atrás los hombres trabajaban dos veces menos en casa.
envejecimiento-poblacional

El envejecimiento poblacional aumentará la carga de trabajo sobre las mujeres (AFP)
Reportes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) revelan que la tendencia atraviesa las naciones desarrolladas, donde la equidad entre hombres y mujeres ha alcanzado las notas más altas. Como promedio las mexicanas dedican alrededor de 280 minutos diarios al trabajo doméstico (sin incluir el cuidado de otros miembros de la familia), frente a solo 75 minutos sus compañeros. 
Pero los reyes de la holgazanería son los asiáticos: los japoneses “consagran” ocho veces menos tiempo que las niponas a esas tareas, mientras los coreanos del sur ofrecen apenas 21 minutos al día, seis veces menos que sus coterráneas.  
Sin embargo, cuando observamos el tiempo gastado en actividades deportivas o entretenimiento… Ellos siempre encuentran un momento para sentarse frente al televisor o salir a jugar con sus amigos. ¿Un cliché feminista? No, las estadísticas de la OCDE confirman ese lugar común: como promedio en esos 34 países los varones disponen de 1,2 veces más tiempo que las mujeres para divertirse.
Siempre ha sido así. Hay “tareas femeninas” y “tareas masculinas”. Cada cual cumple su función en la sociedad. ¿Por qué cambiar ese orden establecido desde épocas inmemoriales? Y un etcétera de buenas razones para justificar la desigualdad. Antes de dejarse convencer, una pregunta: ¿los hombres aceptarían ejecutar sus importantes trabajos fuera del hogar sin recibir un salario?
Las actividades domésticas son tan o más cruciales que los empleos en cualquier sector económico. Si nadie las efectuara las sociedades caerían en un caos inmediato. No exagero. Pero a ellas nadie les paga por sostener el ritmo de la humanidad sobre sus brazos. Y cuando reciben un salario por trabajar fuera de casa, con frecuencia es menor al de sus colegas.
mujer-trabajadora-china
Las mujeres tienen más probabilidades de ser empleadas en puestos más vulnerables y peor pagados (EFE)
Trabajar más, ganar menos
No redescubriremos el “agua tibia”. Tampoco se necesita un doctorado en sociología para saber que las mujeres por lo general ganan menos que los hombres, a pesar de todas las leyes sobre la equidad salarial. En América Latina ellas reciben 19 por ciento menos que sus colegas varones. En el Reino Unido, donde la diferencia ronda el 14 por ciento como promedio, el abismo crece hasta 55 por ciento cuando se considera la franja superior los asalariados.
Si sumamos las horas remuneradas al tiempo dedicado a las labores domésticas, entonces la desigualdad precisa de adjetivos superlativos. ¿Vergonzosa, indignante, inmoral…?
Para reducir el desequilibrio, Naciones Unidas recomienda incrementar las licencias parentales pagadas, anima a los hombres a asumir una mayor proporción de los quehaceres en el hogar y llama a asegurarse de que el salario se corresponda con el trabajo realizado, sin importar el sexo. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario