Tener un armario siempre impecable y conseguir que tus prendas luzcan como el primer día es posible si cuidas la forma en que lavas, planchas y guardas toda tu ropa
1. Lee bien las etiquetas: no te lances a lo loco a por la plancha o la lavadora sin antes tener claro qué puede hacerse y qué no. Si no quieres llevarte disgustos innecesarios, presta atención a todos los símbolos y frases que aparecen en el lateral de cada prenda.
2. Separa al lavar: cuanto más mejor. En la medida de lo posible de cada uno, trata de lavar en diferentes tandas la ropa negra, la blanca y la de color. Se conservará mucho mejor cada uno de los tonos y evitarás que algo se destiña.
3. Protege bien todo: abrocha los botones, sube las cremalleras, estira las mangas y vacía los bolsillos antes de dejar las prendas en el armario para impedir que se arruguen o deformen.
4. Mantén limpios estantes y cajones: si no puedes hacerlo a menudo, aprovecha los cambios de estación para vaciar todo, aspirar y frotar bien cada uno de los estantes.
5. No dejes las prendas a medio usar de una temporada a otra: porque vas a estar varios meses sin utilizarlas, lávalas y plánchalas antes de guardarlas, se conservarán mucho mejor.
6. Si no es estrictamente necesario, no lo laves: olvídate de dejar en el cesto de la ropa sucia una camiseta solo porque la hayas llevado puesta las últimas dos horas. Si no has sudado, no te has manchado o es la primera vez que te la pongas, simplemente déjala aireándose unas horas. Si no lo haces por ayudar al medio ambiente, al menos hazlo por una mejor conservación de tus prendas.
7. Cuidado con los apliques, pailletes o tachuelas: se enganchan con demasiada facilidad por lo que deberás prestar especial atención a qué colocas encima y de qué forma.
8. Da la vuelta a las prendas: no es necesario, pero sí recomendable para prendas con serigrafiadas o estampadas a la hora de lavarlas. El desgaste puede provocar que se pierda parte del dibujo.
9. Elimina las manchas al momento: solo así conseguirás que no se quede un incómodo rodal donde haya ocurrido la catástrofe. Además, se quitará con mayor facilidad que si esperas a que el detergente actúe en exclusiva.
10. Utiliza fundas y bolsas herméticas: las cosas que no utilices a menudo (como los vestidos de fiesta), las que son de mayor calidad (por ejemplo, prendas de piel) o simplemente las que cambias de una temporada a otra están mejor conservadas en envoltorios plástico que las protejan del roce y el polvo.
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