Al igual que la Cepal, centros privados de análisis e inversores señalan que el complicado panorama mundial está golpeando duramente a la región.
En 2016 la economía global crecerá al mismo ritmo que en 2015: alrededor de un 2,4%. China, fundamental para muchos países de la región, crecerá en el mejor de los casos un 7%, mucho menos que en la época del boom.
Según Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo Económico de la Cepal, no habrá cambios en este desafavorable escenario internacional. "Esta tendencia persistirá en el mediano plazo. América Latina tendrá que buscar vías alternativas de crecimiento económico", señaló a BBC Mundo.
En este sentido será decisiva la respuesta de la región a cuatro retos: las materias primas, las tasas de interés en Estados Unidos, la desaceleración global y la incertidumbre política.
1. Materias primas
Entre enero de 2011 y octubre de 2015 la caída de los precios de los metales y de la energía (petróleo, gas y carbón) fue cercana al 50% mientras que los alimentos disminuyeron un 30%.
Si el foco se concentra en 2015 se ve que los productos energéticos experimentaron una caída en torno al 24%, los metales un 21% y los productos agrícolas un 10%.
Este panorama entorna la puerta a una salida clásica para las crisis: las exportaciones. "Hay desafíos a mediano plazo como el de hacer un cambio estructural para producir manufacturas con más valor agregado. Pero a corto plazo necesitamos una política fiscal activa y un estímulo a la inversión", señala Titleman.
Potenciar la producción y el consumo interno como alternativas a la exportación requiere una política crediticia que favorezca el desarrollo.
Brasil es un ejemplo de los problemas en ese ramo. En octubre la tasa de interés para los préstamos al consumo superó el 45% de promedio mientras que para las empresas el costo promedio está por encima del 30%.
2. Tasas de interés de Estados Unidos
El anuncio de la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, el pasado 16 de diciembre no dejó dudas. El alza de la tasa de interés fue mínima - 0,25% - pero el mensaje inequívoco: en 2016 continuaría. La Unidad de Inteligencia (EIU) del semanario británico "The Economist" calcula que en los próximos 12 meses se elevará cada trimestre un 0,25% y que rondará el 1,37% en diciembre próximo.
Según Mike Jakeman, analista global del EIU, será un proceso gradual. "Yellen será muy flexible y abierta a cambios en caso de que el impacto sea fuerte, no solo en Estados Unidos sino en mercados emergentes", señaló a BBC Mundo.
A partir de 2013 la mera posibilidad de un aumento produjo turbulencias en los mercados emergentes con devaluaciones y bruscas alzas de la tasa de interés para evitar una fuga de capitales.
Esta volatilidad llevó a una retracción de los capitales que salieron de la región para buscar plazas más seguras en los países desarrollados, comportamiento tradicional en estos casos, como se ha visto desde la crisis de la deuda de los 80 en adelante.
Según Titelman la respuesta variará de acuerdo a los países. "Algunos tendrán que aumentar sus tasas de interés en línea con la Reserva Federal. Es el caso de México. Otros tendrán que devaluar su moneda. Un factor positivo es que el aumento de las tasas de interés ya estaba bastante internalizado por el mercado por lo que el impacto es menor", indicó a BBC Mundo.
3. Desaceleración económica mundial
El comercio es uno de los termómetros de la salud económica mundial. En los primeros nueve meses de 2015 registró el crecimiento más bajo desde el estallido financiero de 2008: un 1,5%.
La Cepal calcula que en 2016 crecerá un 2,5%, nuevamente por debajo del crecimiento económico mundial. Michael Ivanovitch, director ejecutivo de la financiera global MSI, señaló a BBC Mundo que ninguno de los países que podría cambiar esta tendencia tomará los pasos necesarios para hacerlo.
"Estados Unidos no tiene mucho margen debido a su déficit fiscal y su deuda. Alemania tiene ese espacio, pero está encerrado en una política de austeridad que está ahogando a la Eurozona. China tendría más posibilidades, pero no se puede esperar algo similar a lo que sucedió en la crisis de 2008-2009", indicó a BBC Mundo.
Si el comercio no es la vía del crecimiento, si la inversión financiera puede quedar comprometida por el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, la alternativa es el consumo interno.
La bonanza que comenzó a principios de siglo permitió una reducción de la pobreza a la mitad en América Latina, logro que, además de social y humano, tiene un fuerte significado económico: unos 200 millones de consumidores con mayor poder adquisitivo.
Según un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) la desaceleración económica regional es un peligro para este sector.
En este contexto la Cepal rescata la importancia económica del gasto social."Es indispensable ver la composición del gasto fiscal para privilegiar la inversión pública y el gasto social", indicó Titleman a BBC Mundo.
4. Enigmas políticos
Tres de las economías más fuertes de América Latina se encuentran en medio de un complicado proceso político. En la primera economía regional, Brasil, la crisis empezó al otro día de la ajustada victoria electoral de Dilma Roussef a fines de un 2014.
En 2015 la crisis se agudizó de la mano del escándalo de Petrobras y la compleja madeja política del Brasil. El impasse político terminó por hacer naufragar el programa de austeridad que impulsaba el ahora ex ministro de finanzas Joaquim Levy, sustituído en diciembre por quien fuera su ministro de planificación, Nelson Barbosa.
Los problemas que deberá enfrentar son los mismos: alto déficit fiscal, contracción económica y caída de las exportaciones.
Más allá de los méritos de su propuesta, el interrogante básico es si logrará sortear los obstáculos políticos que empantanaron el accionar de su predecesor.
En Mercosur
Los problemas de Brasil han impactado al resto del Mercosur, en particular a Argentina, que vio como la demanda de su principal socio comercial disminuía al ritmo de su contracción económica. Con la asunción el 10 de diciembre de Mauricio Macri el país dio un fuerte viraje hacia un modelo de apertura de las barreras comerciales y financieras y eliminación de impuestos.
Al mismo tiempo, el macrismo se comprometió a mantener las conquistas sociales del Kirchnerismo. Conjugar ambas agendas será complicado. Venezuela plantea un interrogante aún más crítico.
En medio de una fuerte crisis económica, ¿es posible la convivencia entre el chavismo en el gobierno y una oposición con mayoría legislativa por primera vez en 16 años?
El fantasma de un choque institucional entre el legislativo y el ejecutivo está en el aire. Con precios internacionales del petróleo planchados, déficit fiscal de dos dígitos y alta inflación, se ve el devastador potencial que puede tener la crisis política sobre la económica.
Brasil, Argentina y Venezuela no agotan los problemas políticos de la región,pero el tamaño de sus economías y los retos que enfrentan, los convierten en uno de los grandes enigmas que condicionará el crecimiento de América Latina.
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