Cada año se lanzan cientos de startups en la Argentina. Hombres y mujeres generalmente jóvenes y ambiciosos enfrentan con entusiasmo las dificultades que presenta nuestro país y se lanzan a concretar sus ideas de negocios.
Esas ideas suelen ser interesantes y algunas de esas empresas en estado inicial parecen prometedoras. Pero con el paso de los primeros meses, muchas de ellas pierden fuerza, se desinflan y terminan desapareciendo, arrastrando con ella los sueños y el dinero de la persona audaz que decidió emprender.
¿El motivo del colapso de esos emprendimientos? Malas decisiones de sus dueños. Algunas veces por inexperiencia, otras por desconocimiento del rubro. Pero son malas decisiones que culminan en un fracaso del emprendimiento.
Teniendo en cuenta todo lo que he visto en 12 años en el mundo dinámico y fascinante del emprendorismo, voy a repasar una lista de 10 errores que creo que no deberías cometer para que tu pequeño emprendimiento salga adelante:
1. Figurar en los medios de manera compulsiva
El cementerio de las startups está lleno de empresas que durante un tiempo ocuparon espacios en revistas, diarios y en televisión, con empresarios generalmente jóvenes y carismáticos, obsesionados por darse a conocer. Lo que te sugiero es que antes de arrojarte a los brazos de la prensa, es mejor que trabajes muy duro puertas dentro hasta que estés pisando suelo firme y estés bien seguro de lo que la empresa ofrece. Porque si tu emprendimiento tiene fisuras (casi todos las tienen en sus inicios) esa repercusión lograda te va a jugar en contra.
2. Tirar la casa por la ventana
Existen dos formas de financiar un emprendimiento: con recursos propios o a través de inversores ángeles. Si los fondos salen de su bolsillo, los emprendedores suelen ser más cautelosos, invirtiendo lo mínimo al principio y escalonando los gastos de a poco. En cambio, cuando la financiación proviene de otros inversores, el escenario a veces se descontrola y el capital inicial se gasta sin un control exhaustivo, gastando bastante por encima de las posibilidades de la startup. Por eso, sea cual sea tu financiación, es necesario que no te excedas en los gastos.
3. No delegar absolutamente nada
Este es un error muy común. Además de compartir el estrés y los recursos, contar con un apoyo es básico, no sólo por una cuestión de eficiencia, también por el intercambio de puntos de vista. Steve Jobs y Steve Wozniak no eran nada el uno sin el otro. Mientras uno de los socios trabaja en el garaje, alguien tendrá que ponerse la corbata para las reuniones importantes.
4. Lanzar la empresa con demasiados socios
El mundo está plagado de socios que también son viejos amigos, aunque también existen ejemplos sin final feliz. Los emprendedores aún no lo saben, pero con el tiempo se darán cuenta de que un número excesivo de socios influirá negativamente en la toma de decisiones. Los expertos coinciden en que dos, a lo sumo tres cofundadores, es un número idóneo.
5. Enamorarse perdidamente de la idea
Generalmente, los emprendedores piensan que su idea es única y brillante. Puede que la idea sea genial, pero eso no es suficiente para triunfar. Puede que el mercado no esté aún maduro, o que las previsiones de negocio estuviesen alejadas de la realidad. Por eso saber virar a tiempo es una virtud al alcance de muy pocos, pero esa capacidad de cambio en plazos cortos es importante en los primeros pasos de una startup, porque toda idea no se transforma en exitosa hasta que llega a los clientes y se transforma en una venta.
6. Hacer networking en exceso
Muchos empresarios se obsesionan por estar presentes en todos los eventos, sin ninguna estrategia concreta, descuidando otros aspectos de la empresa a costa de ofrecer una imagen irreal. Está muy bien que comiences nuevas relaciones y hagas contactos, pero también te tenés que preocupar en mantener un equilibrio entre el trabajo privado y la presencia pública, de tal forma que las salidas del entorno empresarial formen parte de una estrategia integral de marketing y relaciones públicas. Resumiendo: menos canapés y más trabajo duro.
7. No aceptar críticas
La comunicación es un movimiento de ida y vuelta, y para el buen funcionamiento de una compañía es imprescindible que los directivos sean permeables a las críticas constructivas. No es síntoma de debilidad, sino de humildad y grandeza. No hay nada más valioso que una crítica que permita un cambio a tiempo para mejorar el proyecto.
8. Dibujar los balances
Cuando la necesidad aprieta y una startup busca financiación de manera infructuosa, corre el riesgo de exagerar las cifras de crecimiento o facturación. Es un error que es imperativo que no cometas, ya que a la larga te traerá muchísimas complicaciones, además de espantarte potenciales inversores si esto llega a salir a la luz.
9. Creer que lanzar una empresa es fácil
Emprender es la manera más efectiva para volverse rico, pero no es sencillo. Conlleva trabajo duro y sacrificio. Los emprendedores deben estar mentalmente preparados para enfrentarse a diversas dificultades que irán surgiendo y eliminando cualquier pensamiento negativo. Si al final a alguien le resulta sencillo triunfar, al menos estaba preparado para lo contrario.
10. Perder la paciencia antes de tiempo
La paciencia es una de las virtudes más preciadas en el mundo del emprendedorismo. En la actualidad, muchos negocios apuestan sólo por el crecimiento, ansiosos por acumular rondas de financiación y usuarios. Es otro tipo de impaciencia: la búsqueda del crecimiento puro. Es importante que esperes un tiempo prudencial para ir avanzando de a poco. Nada se hace de la noche a la mañana.
Cuidado, no quiero decir con este ensayo que no te puedas equivocar en tu nueva etapa de emprendedor. De hecho las equivocaciones que cometas te van a ir dotando de enseñanzas y de experiencia. Pero hacé lo posible para incorporar estas 10 lecciones así reducís al mínimo el margen de error y atravesás los primeros meses de tu emprendimiento de la mejor manera posible.
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