Este accesorio ha sido calificado de fetiche; la mujer que los calza, roba escena en las calles frente a la mirada de los hombres que no pueden dejar de desearlos | |
"¿Que cuánto mido? Cariño, con el pelo, los tacones y mi actitud, soy capaz de atravesar el maldito tejado"
Ru Paul
Ru Paul
He hecho el amor con tacones, casi siempre, salvaje. Cuando me subo a los zapatos altísimos hay algo en mí que se transforma, cambia, se libera. No soy la misma antes y después de usar tacones. Es como si usarlos me predispusiera al sexo. ¿Qué tiene que ver esto con el erotismo? Mucho, demasiado. Es por eso que este texto, antes que otra cosa, revela mi lado (y el de muchas mujeres también) más fetichista. O no ¿chicas?
El calzado es uno de los fetiches preferidos (incluso a veces secretamente por muchos hombres y mujeres) y uno de los más eróticos, sin duda.
En mí, la forma de caminar y sex appeal cambia cuando mis pies se montan sobre un par de zapatos lindos y altos. La poeta Maxine Hong dice que hubo algún tiempo en que las mujeres eran tan peligrosas y salvajes que había que atarles los pies. Que así fue como surgieron los zapatos altos para ellas y la fascinación y la extraña relación erótica que las chicas tienen con ellos.
A mí, al menos, me encanta ser peligrosa y salvaje y hacer sonar mi taconeo por los sitios en los que camino. Es como una manera de decir, mírame, tengo un fetiche, lo traigo puesto, amo mi sexualidad, ¿qué vas a hacer?
Hay hombres que simplemente no se resisten. Otros, a quienes no les importa y unos más que ni cuenta se dan.
Podemos ser brujas o diosas cuando cubrimos nuestros pies con ellos. Se vuelve en nosotros un fetiche el zapato y lo que esconde: los pies. A mí me encanta, por ejemplo, hacer el amor y de pronto observar mis pies alrededor de la cara de él o justo sobre sus hombros y ver cómo se mueven, lo tocan, se estremecen. .
Los admiro; a él le encantan. De pronto los pies, o si tengo los tacones puestos se convierten en protagonistas de ese momento sexual. Ahí están, a la vista de los dos protagonistas de ese sexo. Tan desnudos los pies, tan lejanos al sexo y al mismo tiempo tan cerca de él.
El calzado en el sexo es a fin de cuentas un fetiche, que no es más que un objeto venerado al que se atribuyen ciertos poderes especiales u otro significado.
Según cuenta Hong, fue necesario enganchar los pies-mujer, los pies-fiera, los pies-fertilidad, esos pies embellecidos por la naturaleza de la divinidad demoníaca, a una tierra a la que, sin embargo, no pertenecían y distarán siempre de pertenecer.
Amo el momento en que el amante desata la correa del tacón de pulsera, y desnuda el pie lujuriosamente abrazado por el zapato. Un acto verdadero de impudicia erótica, para convertir al zapato en el objeto fetiche más sexualmente cargado de la historia.
Y las mujeres amantes de este fetiche no me dejarán mentir. Sobre un par de tacones habrá una mujer salvaje, una diosa regia y soberbia, que se contonea en las alturas con candor y se balancea sobre la obscenidad que esconde bajo las piernas.
Ni un par de voluptuosos labios podrían semejarse -ni ser tan placenteros a la vista- a un par de botas altas, de tacón afilado, que inciten la imaginación y nos lleven a la locura, tan sólo saber que mantienen sobre sí al tobillo femenino totalmente erecto con su extremidad inferior extendida en un despliegue de impensable furor sensual.
Por eso hoy son más peligrosas y salvajes las mujeres cuando caminan sobre zapatos que alguna vez crearon los varones para asirlas a este mundo.
Mientras los hombres del mundo aún no se explican de dónde proviene la magia femenina de las mujeres que se contonean e incitan al sexo sobre sus altos tacones, ahí van las mujeres del mundo, provocando un cortejo lúdico por las calles en que caminan.
Se dice que la elección de un fetiche se remonta a la infancia, a los tiernos años mozos en los que uno se introducía determinados objetos a la boca o los tocaba por interminables minutos, como el peluche de los osos o el chupón. El chupón... otra historia para un futuro post.
¿Ustedes mujeres, tienen un fetiche con los zapatos de tacón? ¿Tienen historias de sexo con ellos? ¿En ustedes también hay algo sexual que se dispara cuando los usan? ¿Ustedes, hombres, como dice la canción, creen que las mujeres son más sexys con zapatos de tacón? ¡Compartan su experiencia!
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