¡Camareroooo, un cafelitoooo!… Aunque esta frase la repetimos prácticamente a diario, aún hay muchos aspectos que desconocemos sobre una de nuestras bebidas favoritas. Tenemos una cuenta pendiente con el café, al menos con el de calidad. Menos mal que tenemos a personas como Pablo Caballero, barista deMokka Café (Madrid), para decirnos cómo distinguir entre uno bueno y uno malo.
Elige siempre de la variedad arábica. Hay dos varietales que se utilizan comercialmente: arábica y robusta. Caballero explica que la variedad arábica “tiene menos cafeína que la robusta, alrededor de la mitad, y resulta menos amarga”, por lo que resulta un café de mayor calidad. Los cafés arábica, además, tienen “notas florales, chocolateadas o frutales”.
Siempre es mejor que el tueste sea natural. El torrefacto es una forma de consumir café que es popular en España y que es poco defendible. “Proviene de la época de la posguerra y resulta de mezclar el café con azúcar, que se quema, así que no es de buena calidad”. Por eso, siempre es mejor elegir los cafés de tueste natural, no los de torrefacto o los de mezcla (natural+torrefacto).
El aroma lo delata. Con el café, hay que despertar los sentidos. El de mala calidad siempre tendrá toques “a caucho, quemados”. Por otro lado, el bueno ofrece una sinfonía de olores agradables
A la hora de comprarlo, fíjate en la fecha de molido.Los buenos cafés incorporan en su envoltorio la fecha de molido. “Es importante que no haya pasado más de un mes y medio desde ese momento”, cuenta Caballero.
Para apreciarlo a tope, el mejor es el recién molido.“Lo ideal sería tenerlo en grano en casa y molerlo justo antes de consumirlo, así tendremos la garantía de que lo estamos consumiendo en su momento de máximo esplendor”, explica Caballero.
No hace falta guardarlo en la nevera. Es suficiente con dejarlo en un bote en un armario oscuro, a salvo de la luz. El objetivo es que no se oxide, ya que comienza a perder sus propiedades.
El agua también es importante. “Aunque nadie piense en ello, el agua es el 90% de un café espreso. Por ello, mejor utilizar agua mineral o filtrada. A no ser que el agua de la ciudad sea de buena calidad, como ocurre en Madrid”.
La leche de vaca, acompañamiento ideal… aunque lo ideal es tomarlo solo. Siempre es mejor para apreciar las cualidades de un buen café tomarlo solo. No obstante, si queremos acompañarlo de algo, que sea leche de vaca. “Encaja bien por su toques de frutos secos, mantequilla…”.
No al azúcar añadido. Un buen café se puede tomar sin azúcar perfectamente. “La costumbre de echarle una cucharadita de azúcar viene, precisamente, del hecho de consumir cafés de mala calidad. Igual que a un vino que no es bueno se le echa gaseosa”, puntualiza Caballero.
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