18 febrero 2016

¿Cuántas horas necesitas dormir realmente?



Si hay algo que todos los humanos necesitamos es dormir, algunos casi todo el día como los recién nacidos y, la cantidad de horas requeridas va bajando a medida que envejecemos. Pero ¿cuántas horas necesitamos dormir realmente? Hoy, vamos a contarles cuántas horas es necesario dormir, ya que dormir de menos o de más puede ir en contra de su salud.

Cuánto tiempo necesitamos dormir

No hay una receta que diga que todas las personas de cierta edad deban dormir obligatoriamente cierta cantidad de horas, ya que todos somos diferentes, pero sí existen pautas. La recomendación médica según la edad es:
  • Recién nacidos (de 0 a 2 meses): alrededor de 18 horas, repartidas en varias etapas.
  • Bebés (3 a 11 meses): entre 14 y 15 horas. Hay dos siestas al menos
  • Niños pequeños (1 a 3 años): entre 12 y 14 horas con una siesta
  • Niños preescolares (3 a 5 años): entre 11 y 13 horas. Pueden requerir o no una siesta
  • Niños de primaria (5 a 10 años): entre 10 y 11 horas
  • Adolescentes (Entre 11 y 17 años): entre 8,5 y 9,5 horas
  • Adultos: de 7 a 9 horas
Si bien las pautas médicas son esas, la realidad, sobre todo después de la infancia, es muy diferente. Hay gente que se las arregla con menos de lo mínimo y otros que andan como zombies pese a dormir 10 horas.

La opinión de la ciencia

Los científicos, estiman que las necesidades de sueño reales de una persona deben calcularse considerando dos aspectos:
  • Tiempo basal: la cantidad de horas que el cuerpo necesita
  • Deuda de sueño: las horas de mal dormir y que simplemente no dormimos y que se van acumulando con el tiempo.
Por tiempo basal consideran la necesidad diaria de cada persona. Eso es difícil de calcular, pero el número va entre 5 y 9 horas (lo más común es entre 7 y 8), y depende de muchos aspectos como edad, sexo, genética y existencia de alguna condición médica. 
Si una persona duerme lo necesario todas las noches, las cosas irán bien, pero cuando nuestro ritmo de sueño de ve intervenido y empezamos a acumular “deuda” el cuerpo paga las consecuencias. 
Nuestro organismo está preparado para funcionar de diferentes maneras durante el día siguiendo el llamado ritmo circadiano. Si este ritmo se ve alterado, podremos sufrir de exceso de sueño o insomnio, tal como les ocurre a quienes sufren de Jet Lag.
Una deuda de sueño puede ser pagada, pero no a corto plazo. No sacas nada con dormir una tremenda siesta si la noche anterior te fuiste a la cama a las 3 de la madrugada y despertaste a las 6 de la mañana.

Las consecuencias de dormir mal

El no dormir lo necesario o, al contrario, dormir mucho más de lo que nuestro cuerpo necesita, puede pasarnos la cuenta a nivel de salud, ya sea a corto o largo plazo.

Dormir poco

Quienes duermen menos de lo necesario y arrastran una gran deuda de sueño tienen mayores posibilidades de padecer obesidad, problemas cardiacos, diabetes, enfermedades psiquiátricas y, ser causantes de un accidente, ya que no están lo suficientemente alerta. A largo plazo, verán como su memoria falla y su organismo se va debilitando.

Dormir mucho

Al otro extremo tenemos a quienes se pasan una buena porción del día durmiendo. Podríamos pensar que están sanos y bien descansados, pero los excesos no son buenos. 
Científicos, comprobaron que las personas que duermen en exceso presentan un deterioro cógnitivo mucho más temprano en la vida, especialmente en el caso de las mujeres.
Además, aunque que se duerman más horas este sueño puede ser de baja calidad, por lo que no se logra el objetivo. Asimismo, el exceso de sueño puede estar relacionado a una enfermedad.

Qué hacer para dormir bien

La misma persona es quien determina cuántas horas necesita para sentirse bien y alerta durante el día, aunque debe estar dentro de los parámetros que entregan los científicos.
Un buen dormir depende mucho de tener buenos hábitos de sueño: horarios más o menos fijos para ir a la cama y levantarse, seguir una rutina antes de acostarse y alimentarse bien.
En caso de problemas, existen médicos especializados en los trastornos del sueño y que, mediante técnicas modernas, pueden averiguar qué causa nuestro padecimiento y solucionarlo.

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