Te exponemos seis casos en los que el fair play fue lo de menos
En todos los deportes se enfatiza siempre la idea del "juego limpio". No obstante, en muchas ocasiones la ambición de ganar por la vía fácil y rápida corrompe a algunos individuos durante una competición. Es entonces donde entran las interpretaciones libres y las violaciones conscientes de las normas del deporte en cuestión hasta llegar ala trampa.
Quizás los mejores tramposos son aquellos de los que nunca supimos pero hoy repasaremos aquellos 6 que sí fueron atrapados y penalizados.
1. Dora Ratjen (1938): Salto de longitud
Cuando la Alemania Nazi batió el récord mundial de salto de altura femenino en losJuegos Olímpicos de Berlín de 1938 había algo que creaba algunas dudas. La ganadora, Dora Ratjen, no tenía mucha pinta de ser una mujer y se abrió la polémica. El régimen nazi alegó que la atleta padecía de hermafroditismo, aunque la verdad era otra: Dora en realidad se llamaba Heinrich. Debido a que su mejor saltadora, Gretel Bergmann, era alemana-judía el régimen obligó a Heinrich Ratjen a saltar como mujer. La duda fue disipada cuando unos admiradores lo encontraron en una estación de trenes vistiendo una peluca durante los años 50.
2. Boris Onischenko (1976): Esgrima
Las trampas de este oficial del ejército soviético fueron descubiertas durante lasOlimpiadas del 76 durante un duelo de esgrima contra el equipo británico. Su competidor, Jim Fox, se quejó ante el tribunal cuando vió que el arma de Onischenko marcaba touché inculso cuando no tocaba nada. El comité descubrió una modificación en la empuñadura de la espada que sonaba cuando su usuario quería. Lo más irónico de todo es que prosiguió el combate y el soviético hubiera ganado si no hubiera sido descalificado por tramposo.
3. Rosie Ruiz (1980): Maratón
Durante la maratón femenina de Boston del año 80 estalló un escándalo respecto a la ganadora. Cuando la cubana Rosie Ruiz apareció de la nada en la meta con un tiempo imposible los oficiales comenzaron a sospechar que algo no iba bien. Efectivamente, la ganadora fantasma había comenzado la carrera con todos para separarse posteriormente y agarrar el metro para unirse otra vez al pelotón 1,6 km antes del final. Cuando se descubrió su artimaña se la descalificó y se premió a la ganadora real, la canadiense Jacqueline Gareau.
4. Luis Resto (1983): Boxeo
El Madison Square Garden no podía creer lo que acababa de ver, el boxeador puertoriqueño Luis Resto había vencido en combate al invencible Billy Collins Jr. Cuando el entrenador y padre de Collins dio la mano para felicitar al ganador, notó unos guantes más gruesos de lo normal y automáticamente reclamó una investigación exhaustiva. Se acabó descubriendo que las heridas en la cara de Collins eran demasiado graves como para haber sido hechas por un boxeador ligero y dichos guantes no llevaban amortiguación con un vendaje endurecido con yeso. Resto fue condenado a 2,5 años en la cárcel y Collins murió en un accidente de coche cuando iba ebrio por las consecuencias psicológicas de los daños a su iris.
5. Kim Christensen (2009): Fútbol
Este portero danés del IFK Göteborg se hizo famoso al corregir el árbitro los palos de la portería durante un partido contra el Örebro sueco. Posteriormente, se descubrió que este movía siempre los palos levemente hacia dentro, haciendo la portería más pequeña y el trabajo más fácil para él. Cuando le entrevistaron tras el partido reconoció haberlo hecho en múltiples ocasiones y que creía que era la única forma con la que podía evitar que le marcaran goles.
6. Lance Armstrong (2011): Ciclismo
El ciclista más admirado del mundo pasó a estar salpicado por un enorme escándalo de dopaje en menos de 4 años. Conforme le acusaban a él y a todo su equipo de usar sustancias que mejoraban sus estados físicos él nunca dejaba de negarlo. La ilegalidad cada vez se hacía más evidente cuando se encontraban restos de la sustancia EPO en los análisis de orina y la prensa francesa se echaba encima del tejano. Finalmente, Armstrong reconoció en una entrevista con Oprah haber estado usando sustancias desde 1994 (antes de tener cáncer testicular) y se procedió a anular sus 7 tours y a devolver su medalla olímpica. El ciclista llegó a perder 8 esponsors y 75 millones de dólares en un día, el precio de hacer trampas.
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